lunes, 24 de marzo de 2008

Algo personal...


Mi vida con la lectura, comienza a muy temprana edad, ya que fue mi madre la responsable de poner en mi pequeña cabecita las historias de príncipes y dragones, de brujas y doncellas, todavía recuerdo las imágenes que impregnaban las páginas de aquellos grandes libros. Unos años mas tarde iba a ser yo la lectora y protagonista, ya que extraje de una colección de tapas amarillas y duras, Mujercitas y Papaíto piernas largas, dos textos que llenaron mis momentos de ilusiones, fantasía, de aventura e inocencia. Pisando la adolescencia llego a mis manos una novela de Stephen King, “Cristine”, género de terror, que me hizo temblar noche tras noche, como poseída, despertaba en la oscuridad para seguir aquella historia y no pude deshacerme de la lectura incesante hasta no llegar a su fin. Esto fue algo mas que emocionante la sensación fue asombrosa. Y uno de los libros que me hizo volar en una adolescencia controvertida fue “La vida es sueño” de Calderón de la Barca, que aunque impuesta por una profesora en el secundario, fue unos de los libros que hasta ahora recuerdo.
Después de haber leído libro de todo tipo, lo único que me faltaba era redactar mis propias historias. Como toda chica de 16 años lo primero fueron poemas representando todo lo referido a la amistad, al amor, a la soledad y los sentimientos que en ese momento inundaban mi vida.
Cuaderno de notas con pensamientos que venían a mi cabeza y que pocas veces compartí con alguien. Un diario personal que dio fin a la escritura libre, la sustracción del mismo, la lectura de toda mi intimidad y la exposición de mi privacidad. Esto hizo que por un largo tiempo no volviera a escribir absolutamente nada, ni siquiera aquello que me molestaba dentro y que necesitaba dejar salir y plasmar en algún papel. Hoy solo quiero escribir sobre la demanda, la injusticia y por aquellos que no tienen la palabra…