miércoles, 4 de junio de 2008

NOTA DE LECTOR, SALINGER


“Un día perfecto para el pez banana”


En este cuento se dan dos historias paralelas, aunque parece obvio que si se trata de una pareja, por lógica hay dos personas y cada una con una vida independiente de la otra. Lo que la diferencia es que a primera vista no se sabe bien de quien hablan madre e hija. La historia número uno es la conversación de Glass , la madre con Muriel , la hija, la cual se torna larga y reiterativa con respecto a ciertos temas, relacionados con el hombre al que hacen referencia. “¿Dónde está? En la playa. ¿Solo? ¿Se porta bién en la playa?....Hablas de él como si fuera un loco furioso”
[1] Todo esto es parte del diálogo telefónico entre las dos. El tema gira en torno a como actúa él y el miedo que le genera a la familia que su hija se encuentre tan lejos, temiendo constantemente un suceso no deseado, referido a la conducta de su pareja.
La historia dos ocurre en la playa donde se encuentra Seymour con Sybil, hablan por un rato, van al agua juntos y él le cuenta relatos sobre los peces plátanos, pasan un buen momento, aunque en algunas partes del relato parecería que va a suceder algo imprevisto y desagradable, la sensación constante de inestabilidad por parte del joven “Tomó los tobillos de Sybil con ambas manos y empujó hacia delante”
[2]. El proceder y el dialogo a veces incoherente dan estas sensaciones. El final es totalmente inesperado, pero es donde las dos historias se juntan y concluyen trágicamente.


“El hombre que ríe”


La historia uno cuenta las aventuras de un grupo de chicos pertenecientes a una institución educativa, integrantes de una tropa similar a la que acá forman los boys scout al mando de un jefe que los dirige y acompaña en cada hazaña, juegos, paseos o campamento.
La historia dos es la que el jefe le cuenta a sus niños, es sobre “El hombre que ríe “, un cuento que apasiona a estos y esperan con ansias el momento del relato. Entre ambas historias aparece una mujer que cambia por un tiempo la actitud y las conductas de los chicos como las del jefe, es alguien que así como surgió de un día a otro, se fue sin dar explicaciones. “Se levanto de un salto, accionó la manecilla de la puerta y enseguida subió al autobús una chica con un abrigo de castor”
[3] Esa fue la primera vez que apareció en la escena y desapareció más tarde. “Abandonó el campo y empezó a corre por el caminito de cemento y siguió corriendo hasta que se perdió de vista”[4] Este cuento da cuenta de que no puede un relato mantenerse solo con dos historia que en medio surgen otras, no se si tan importantes o extraordinarias, pero que dan ciertos matices, que en su ausencia serían tal vez solo simplistas.


“Fotos”

En el cuento de Walsh se cumple otra vez lo que vengo notando desde que comencé a buscar en cada historia los dos supuestos relatos que existen según Piglia y que hasta ahora no pude, no es que no los encuentro, la realidad es que hay más de dos, en fotos se observa como protagonista a Mauricio “ El niño Mauricio Irigorri le tocaba el culo a la maestra…”
[5] y todo lo referido a su vida, pero entorno a esta giran la vida de Jacinto, de Estela su hermana, la del pueblo y lo que este comenta sobre los habitantes de este. “En el pueblo hay noticias, ¿no sé si conociste a esa chica que tomó el grado en vez de Estela? Bueno dicen que anda con M”[6].
M e costo un poco la lectura de este cuento, no se no encontraba el hilo de la historia al comienzo, me perdía por momentos, tal vez tiene que ver con el vocabulario utilizado, fue raro.

[1] Salinger, Jerome David, “Un día perfecto para el pez banana”, en Nueve cuentos, EE.UU., 1953. Pág. 6
[2] OP. Cit, Pág.10
[3] Salinger, Jerome David, “El hombre que ríe” en Nueve cuentos, EE.UU., 1953. Pág. 33
4 OP. Cit, Pág.36
5 Walsh, Rodolfo, “ Fotos”, en Los oficios terrestres, ediciones de la flor, Buenos Aires, 1996, Pág.21
6 OP.Cit. Pág.42