miércoles, 25 de febrero de 2009

LA TV



LA TELEVISIÓN ha revolucionado el campo de las comunicaciones. Por medio de ésta, la gente puede observar en detalle cosas que están ocurriendo en su propio vecindario, o en países a miles de kilómetros de distancia. La cámara de televisión ha penetrado hasta en las profundidades del espacio sideral.
En los Estados Unidos del 95 al 98 por ciento de la gente tiene un televisor, lo cual coloca la TV delante del teléfono como un medio de comunicación. Un informe publicado muestra que el norteamericano medio pasa aproximadamente diecisiete horas por semana enfrente del televisor.
El educador Dr. S. I. Hayakawa recalcó: "Los mensajes en televisión, con palabras reforzadas con música, fotografías y acción, recibidos en una habitación oscura y repetidos vez tras vez, son las comunicaciones más eficaces que jamás se han soltado en el mundo."
La televisión puede ser provechosa
No hay duda de que un medio de comunicación tan eficaz y fácilmente accesible tiene un potencial enorme para beneficiar a la humanidad. Puede familiarizar al espectador con el pensar, el modo de vivir y las circunstancias que afectan a sus congéneres en lugares distantes.
La televisión también ha hecho disponibles algunos programas de entretenimiento edificante. En la intimidad de su hogar una persona puede disfrutar de un drama de Shakespeare, de la ópera del Metropolitan, de ballets y conciertos. En Inglaterra se produce una serie de televisión que puede disfrutarse con sonido o sin él. Cuando los actores se hablan los unos a los otros (lo cual rara vez sucede) también emplean el lenguaje mudo. Esto hace disponible un programa entretenido e instructivo tanto para la gente que puede oír como para la que no puede oír.
El campo de la educación se ha beneficiado grandemente de la televisión. Esta hace disponible una variedad de material instructivo con plena vista del maestro y de cualquier experimento de ilustración visual que él pueda proveer. Uno puede aprender acerca de matemáticas, otras ciencias, habilidades domésticas básicas, idiomas y muchas otras cosas en la televisión educativa. Muchos disfrutan de "ensayos visuales" que aúnan una excelente vista de interpretaciones en vivo en artes como la música o el baile con comentarios por un experto en la materia. Algunos países emplean la TV para reducir su porcentaje de analfabetos. Los países en desarrollo han hallado que es un instrumento eficaz para entrenar a las personas para trabajos donde no hay suficientes maestros capacitados. Y las presentaciones se pueden almacenar en cintas de video.
Los espectadores jóvenes frecuentemente pueden hablar inteligentemente de temas que las generaciones de antes de la televisión ni siquiera soñaron; y en el caso de niños muy jóvenes, la TV puede contribuir a aumentar el vocabulario, aunque en los jóvenes mayores tiene el efecto opuesto.
Pero la televisión meramente es un medio de comunicación. El que personalmente lo beneficie a uno depende de la clase de programas que uno mire. Se han alzado muchas voces en protesta de la mala calidad de muchos de los programas de TV. En los Estados Unidos se ha criticado a la televisión por "alimentar el común denominador más bajo en el gusto público."
Materialismo e inmoralidad sexual
Muchas de las cosas que aparecen en la televisión crean en el espectador el deseo de obtener cosas materiales que quizás tengan poco valor práctico. En relación con esto L. E. Sissman, escribiendo para The Atlantic de febrero de 1974, se refiere a "los repugnantes espectáculos de juegos . . . que muestran la ilusoria recompensa" a los participantes "y nos hacen [a los televidentes] estremecer con el deseo vicario de recibir el premio."
Muchos de los anuncios se diseñan para que la gente desee cosas que no necesita, que no puede darse el lujo de tener, o que en realidad no difieren de otros productos que ya tiene. Y piense en el efecto de los anuncios que hacen que los niños ansíen una alimentación constante de bizcochos, galletitas, refrescos y cereales azucarados.
La tendencia de la televisión hacia la "nueva moral" es algo que descorazona. Los asombrados espectadores han visto presentaciones que tratan de la homosexualidad y el lesbianismo. En las estaciones del Sistema Público de Difusión aparecieron personas completamente desnudas. Los espectáculos de comedia frecuentemente presentan humor de mal tono. ¿Y qué hay acerca de las "novelas sentimentales"? El folleto TV and the New Morality señala: "Las diurnas telenovelas sentimentales tratan francamente con el adulterio y como al descuido muestran parejas solteras juntas en cama."
Estos programas quizás pinten la inmoralidad sexual como una vía de escape para evitar las frustraciones de una relación matrimonial debilitada. Un espectador desprevenido fácilmente podría identificarse con los personajes representados y buscar soluciones similares a sus propios problemas. Cuán imprudente sería exponerse a esos peligros en vista de la declarada posición de Dios sobre la inmoralidad sexual como se halla, por ejemplo en 1 Corintios 6:9, 10: ¡"No se equivoquen: ningún fornicador, . . . ni los que son culpables de adulterio o de perversión homosexual, . . . poseerán el reino de Dios"!—The New English Bible.
Por supuesto, no todos los programas de televisión son de esta clase indeseable. Y cuando aparece algo ofensivo en la pantalla, uno tiene la libertad de cambiar a otro canal, o de apagar su televisor. La clase de espectáculos que uno mira principalmente depende de uno mismo. Si elige bien, la televisión puede beneficiarlo.
Su efecto en las relaciones humanas
Hemos visto que la televisión puede traer acontecimientos y personas muy distantes al interior del hogar. También puede reunir a la familia para que se sienten a mirar un programa favorito. Por lo tanto, ¿ejerce la TV una fuerza unificadora sobre la gente? ¿Contribuye a una vida de familia más estrechamente entrelazada? Puede hacerlo, pero frecuentemente la TV produce resultados contrarios.
En el pasado cuando una persona deseaba enterarse de acontecimientos de importancia local o mundial, tenía que conseguir esa información comunicándose directamente con otras personas. Los amigos se reunían alrededor del pozo de la aldea o de la tienda de ramos generales para un intercambio de noticias y opiniones. Pero con la televisión, la gente puede obtener la misma información sin preocuparse de sus vecinos. Si se descuidan, pueden dejar que la televisión anule sus incentivos de comunicarse con otros. Un escritor habló de los televidentes como "auditorios-islas anónimos, recientemente separados los unos de los otros."
¿Puede ocurrir lo mismo dentro del círculo familiar? Bueno, ¿se benefician por lo general los miembros de la familia de la asociación mutua mientras miran la televisión? ¿Hace el solo hecho de que estén sentados cerca el uno del otro que se edifique un sentimiento de unidad? Un artículo intitulado: "La vida de familia en los Estados Unidos," señala:
"Los miembros de la familia no se entretienen los unos a los otros cuando la familia mira la televisión; de hecho, muy frecuentemente la persona que mira un programa de TV ignora a todos los demás miembros presentes de la familia. La TV es un entretenimiento unidireccional que no implica ningún esfuerzo de parte de la familia."
Pero el mirar la televisión con la familia no tiene por qué resultar de ese modo. Se pueden tomar medidas para asegurarse de que la televisión no abrirá brechas entre los miembros de la familia. Por ejemplo, a la hora de las comidas, no es prudente que las familias permitan que el televisor les robe la oportunidad de disfrutar de la conversación. Dice el escritor y productor de televisión Norman S. Morris:
"Sea que los adultos escojan comer separados de los niños o no, el televisor no se debería prender. La hora de la comida debe ser un tiempo agradable; provee la oportunidad perfecta para que los miembros de la familia se comuniquen los unos con los otros. El sentimiento de unidad que proveen las horas de la comida es muy importante para la salud mental de la unidad familiar."
Además el ser selectivo en lo que uno mira ayuda a mantener abiertas las líneas de comunicación. Si las familias incluyen programas de interés educativo, la televisión puede servir como un trampolín para ensanchar la comunicación. Los programas que demuestran cómo preparar una sabrosa comida, o cómo hacer o reparar cosas pueden llevar a una animada y saludable consideración de la actividad familiar. Norman Morris escribe: "A veces el más grande poder de la televisión se libera después de haberse apagado el televisor."
El problema de la violencia en la TV
Lo que algunas personas consideran el efecto más nocivo de muchos de los programas de televisión es su énfasis en la violencia. Algunos programas presentan actos de violencia cada pocos minutos; y esto puede continuar durante todo el día, hora tras hora. En un período de diez años el espectador medio puede ver extinguir unas 10.000 vidas. Esto tiene que producir un efecto adverso.
Por ejemplo, el año pasado apareció en la TV una película en la cual se mostraba a unos adolescentes prendiéndole fuego a unas personas desamparadas tan solo por la "emoción." Poco tiempo después un grupo de jóvenes obligó a una mujer en Boston a rociarse con gasolina y entonces la quemaron viva. Durante el mismo mes tres muchachos en Miami fueron acusados de homicidio en primer grado por el mismo crimen cometido en esa ciudad en contra de un desamparado.
Anteriormente en el mismo año una película en televisión comenzó con el asesinato a cuchilladas de dos jovencitas. "Dos semanas más tarde," dice un artículo que apareció en TV Guide del 2 de febrero de 1974, "un joven de diecisiete años de edad de Atlanta admitió haber matado a una joven en una reconstrucción planeada [del crimen]." Un caso similar sucedió la primavera pasada cuando un joven británico de dieciséis años de edad mató a puntapiés a un viejo imitando una película de televisión. La autora del supracitado artículo, Jean Davison, explica:
"Al confesar su homicidio, estos dos asesinos mostraron poca emoción. La mayoría de los científicos que tratan la conducta creen que observar la violencia no solo hace más agresivas a las personas normales y anormales, sino que la investigación también indica que tiende a hacer a la gente insensible a la violencia cometida por otros."
La televisión y los niños
Los jóvenes, aunque quizás se beneficien de algunos programas, son presa especial de los malos espectáculos de TV. Una razón de esto es la cantidad de tiempo que pasan frente al televisor. Desde la edad de seis años hasta los dieciséis años algunos niños dedican 12.000 horas o más a mirar televisión (aproximadamente tres horas por día). Eso es tanto tiempo como el que muchos jóvenes dedican a la escuela. Algunos pasan casi el doble de esa cantidad de tiempo mirando televisión.
Otro problema es que los niños muy jóvenes creen lo que ven en la TV; no distinguen entre la realidad y el mundo de la ficción. Los jóvenes también tienen dificultad en relacionar los acontecimientos con el contexto. Por ejemplo, ¿cómo son afectados cuando ven al "muchacho bueno" hacer algo malo? Un código que se adoptó en la Gran Bretaña para disminuir la violencia en la televisión especifica: "Los hombres buenos que hacen cosas malas para lograr un propósito bueno suministran un mensaje malo a los jovencitos."
Un niño que mira la televisión varias horas al día ve una considerable cantidad de violencia. Puesto que los niños son imitadores natos, esto puede representar un fuerte incentivo hasta para niños "normales" a duplicar lo que ven. El Dr. Robert M. Liebert, un psicólogo de niños, señala: "Aun niños perfectamente normales imitan la conducta antisocial que ven en la televisión, no por malicia sino por curiosidad."
Algunos objetan, diciendo que solo un pequeño porcentaje de niños reacciona de este modo a la violencia en TV. ¿No tiene eso importancia? En 1972, el Dr. Jesse L. Steinfeld, el entonces director general de sanidad de los Estados Unidos, declaró:
"Lo más importante aquí, es que se ha demostrado que hay una relación causativa entre ver violencia en la TV y el subsiguiente comportamiento. Y yo pienso que carece de importancia argumentar si la cantidad es 10 ó 20 ó 30 por ciento. Tenemos una población grande, y si el 10 por ciento de 20 millones de niños se hacen agresivos y . . . antisociales, eso es demasiado."
Es cierto que la violencia ha sido parte de la experiencia humana durante los milenios de la existencia del hombre; esto no se le puede ocultar a los niños. Pero los padres que están alerta comprenden que no sirve ningún buen propósito el permitir a los jóvenes absorber horas de salvajismo cada día. Los que creen en la Biblia pueden explicar a sus hijos que la beligerancia y la violencia están estrechamente relacionadas con los deseos sensuales y egoístas cuando éstos no se controlan. (Sant. 4:1-3) También, pueden señalar, que el hombre nunca solucionará sus problemas por medios violentos, porque "la ira del hombre no obra la justicia de Dios." (Sant. 1:20) Dios mismo actuará para librar a la Tierra de la violencia y de los que la causan.—Dan. 2:44; 2 Tes. 1:6-8.
Está claro que la televisión, aunque tiene un gran potencial para hacer el bien, puede ser una amenaza donde hay una falta de autorestricción. Un peligro insospechado es que su fácil disponibilidad al hacer girar un interruptor puede hacer que muchos despilfarren grandes cantidades de tiempo enfrente del aparato de TV. Aunque un poco de diversión o entretenimiento es provechoso, demasiado frecuentemente tiene un efecto nocivo.
En un artículo especial que analiza el impacto de la televisión, la revista Life del 10 de septiembre de 1971, declaró: "Uno de cada cuatro espectadores ‘se siente culpable’ por el tiempo que dedica a mirar TV." Sin duda lo que contribuye al sentimiento de culpa es el hecho de que muchos hurtan para la televisión el tiempo que tendrían para hacer tareas domésticas, deberes, u otras actividades necesarias.
Algunos, al ser privados de la TV, han experimentado "síntomas psicológicos de la abstención." El psicólogo Henner Ertel declaró lo siguiente: "Con la gente que la mira con regularidad, muchos patrones de comportamiento están tan estrechamente relacionados con la TV que si se les quita el televisor son influidos negativamente. El problema es el de la afición." Ciertamente uno no quiere que ésta sea su experiencia con la TV.
La televisión es un medio de información, educación y entretenimiento que puede beneficiarlo a uno y a su familia. Pero, sea cuidadoso, no permita que lo domine a usted. Seleccione bien lo que mira; asegúrese de que ayuda, y de que no estorba la unidad de la familia. Y regule cuidadosamente la cantidad de tiempo que se dedica a la TV. Así el impacto de la TV en su vida podrá traerle beneficios.

NIÑOS PADRES!!!!!!



"Cuando ella dijo: ‘Voy a tener a tu hijo’, me quedé atónito. ¿Quién lo iba a cuidar? Yo no estaba en condiciones de mantener una familia. Tenía ganas de huir."—Jim.
"TODOS los años —dice un informe del Instituto Alan Guttmacher—, casi un millón de adolescentes [...] quedan embarazadas." Y "el 78% de ellas dan a luz fuera del matrimonio".
En el pasado, los hombres se sentían obligados a responsabilizarse de los niños que engendraban. Pero según el libro Teenage Fathers (Padres adolescentes), "los embarazos extramatrimoniales ya no se ven como algo vergonzoso y humillante". En algunas comunidades, los jóvenes incluso consideran que engendrar un hijo es un símbolo de prestigio. No obstante, son pocos los que se comprometen a largo plazo a cuidar de sus hijos. Muchos acaban evadiendo su responsabilidad.
Ahora bien, ¿es posible que un joven se libre por completo de las consecuencias de su conducta inmoral? La Biblia señala que no. Advierte: "No se extravíen: de Dios uno no se puede mofar. Porque cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará" (Gálatas 6:7). Como veremos, la inmoralidad sexual suele tener consecuencias que duran toda la vida, tanto para las muchachas como para los muchachos. Los jóvenes evitarán esas dificultades si prestan atención al consejo directo de la Biblia de no envolverse en inmoralidad sexual.
No es tan fácil desentenderse
Cuidar un niño implica hacer grandes sacrificios de tiempo, dinero y libertad personal. El libro Young Unwed Fathers (Padres jóvenes no casados) dice: "Algunos jóvenes no están interesados en ‘cuidar a otra persona’ cuando ello significa privaciones". No obstante, muchos pagan un precio muy alto por su egoísmo. Por ejemplo, la actitud de los tribunales y los legisladores de muchos países es cada vez más desfavorable para con los hombres que no mantienen a sus hijos. Una vez que se ha establecido legalmente la paternidad, al joven padre quizás se le exija, con todo derecho, que pague una pensión durante muchos años. Un sinnúmero de muchachos se han visto forzados a abandonar la escuela o aceptar empleos mal pagados a fin de cumplir con tales obligaciones. "Cuanto menor sea el padre, menos educación recibirá", indica el libro School-Age Pregnancy and Parenthood (El embarazo, la paternidad y la maternidad en edad escolar). Y si este no aporta la ayuda monetaria, quizás acumule enormes deudas.
Por supuesto, no todos los jóvenes son insensibles para con su prole. Muchos empiezan con buenas intenciones. Una encuesta reveló que el 75% de los padres adolescentes visitaron a su hijo en el hospital. Sin embargo, en poco tiempo la mayoría de ellos se sienten abrumados por las responsabilidades que conlleva cuidar un niño.
Muchos descubren que sencillamente no tienen la capacidad ni la experiencia necesarias para conseguir un empleo adecuado. Con el tiempo abandonan sus obligaciones, pues les avergüenza no ser capaces de suministrar la ayuda económica. Sin embargo, el remordimiento puede atormentarlos por años. Un joven padre admite: "A veces me pregunto cómo estará mi hijo. [...] Me molesta haberlo abandonado, pero ya lo perdí. Quizás algún día él me encuentre a mí".
El daño que sufren los hijos
Los padres que evaden su responsabilidad tal vez afronten intensos sentimientos de vergüenza: la vergüenza de haber causado daño a su propio hijo. Al fin y al cabo, la Biblia indica que el hijo necesita a la madre y también al padre (Éxodo 20:12; Proverbios 1:8, 9). Cuando este abandona a su hijo, lo expone a un sinfín de problemas. Un informe del Departamento de Sanidad y Servicios Humanos de Estados Unidos dice: "Los niños que se crían solo con la madre tienden a recibir calificaciones más bajas en las pruebas de aptitud en el uso de la lengua oral y las matemáticas. Los niños de entre siete y diez años de edad que se crían en familias monoparentales suelen tener calificaciones más bajas, más problemas de conducta y más enfermedades crónicas y trastornos psiquiátricos. En el caso de los adolescentes y jóvenes adultos que se crían solamente con la madre, las probabilidades de tener hijos durante este período, abandonar la escuela secundaria, ir a la cárcel o estar desempleados y fuera de la escuela son mayores".
La revista The Atlantic Monthly dice: "Una creciente cantidad de estudios sociales y científicos demuestra que, en lo que toca a diversos aspectos de su bienestar, a los hijos de las familias desbaratadas por el divorcio o por un nacimiento ilegítimo no les va tan bien como a los de familias estables. Los hijos de familias monoparentales tienen seis veces más probabilidades de caer en la pobreza. También hay una gran posibilidad de que permanezcan en ese estado".
Ten presente que el cálculo de estos riesgos se basa en encuestas realizadas entre grupos de personas y no es necesariamente aplicable a cada individuo. Muchos niños han crecido y llegado a ser adultos normales y equilibrados a pesar de que se criaron en familias desfavorecidas. No obstante, los sentimientos de culpa pueden agobiar al joven padre que ha abandonado a su hijo. "Temo que haya [dañado] su vida para siempre", dice un padre soltero (Teenage Fathers).
El reto de colaborar en la crianza
No todos los padres jóvenes les han dado la espalda a sus hijos. Algunos sienten la debida obligación moral para con ellos y sinceramente quieren colaborar en su crianza. Sin embargo, suele ser mucho más fácil decirlo que hacerlo. En primer lugar, puede que el padre soltero tenga pocos derechos legales, lo que permite a la muchacha y a sus padres controlar el grado de contacto que tendrá con su hijo. "Siempre tengo que andar luchando para hacer valer mi derecho a tener voz y voto en las decisiones sobre mi hijo", dice Jim, mencionado al principio del artículo. Por lo tanto, es posible que se tomen decisiones a las que el joven padre se oponga con vehemencia, por ejemplo, dar al hijo en adopción e incluso abortarlo. "Me duele permitir que se lo entreguen a un extraño —se lamenta un joven padre—, pero parece que no me queda otra opción."
Algunos jóvenes están dispuestos a casarse con la madre de su hijo. Es cierto que el matrimonio le ahorrará cierta vergüenza a la chica y permitirá que el niño crezca con ambos padres. Incluso es posible que, a pesar de su mala conducta, la joven pareja se ame de verdad. No obstante, el hecho de que un joven sea capaz de engendrar un hijo no significa en absoluto que tenga la madurez mental y emocional que se requiere para ser esposo y padre, ni tampoco que pueda mantener a una esposa y a un hijo. Los estudios revelan que los matrimonios contraídos precipitadamente por causa de un embarazo son efímeros. De modo que apresurarse a contraer matrimonio no siempre es una solución prudente.
Muchos jóvenes se ofrecen a mantener a sus hijos. Como ya se mencionó, se necesita verdadera determinación para que un padre joven continúe dando sostén a los suyos durante un largo período, quizás por dieciocho años o más. Pero la ayuda económica constante impedirá que la madre y el hijo vivan en la pobreza.
¿Qué puede decirse de compartir la responsabilidad de criar al hijo? Esto quizás sea también todo un reto. A veces los padres temen que los jóvenes vuelvan a tener relaciones sexuales, y por ello tratan de disuadirlos de verse, o incluso se lo prohíben. La chica misma tal vez no quiera que el niño se apegue emocionalmente a un hombre que no es su marido. Sea como fuere, si al padre se le permite visitar a su hijo con regularidad, es prudente que las familias se cercioren de que estén bien acompañados para que no recaigan en conducta impropia.
Como desean acercarse a sus hijos, algunos padres solteros han aprendido a efectuar tareas básicas, como bañar al niño, alimentarlo o leerle. Quizás el muchacho que ha llegado a apreciar las normas bíblicas incluso intente enseñar a su hijo los principios de la Palabra de Dios (Efesios 6:4). Pero aunque no cabe duda de que es mejor que el hijo reciba de su padre algunos cuidados cariñosos que no recibir ninguno, no es lo mismo que tener a su padre todos los días con él. Y si la madre decide casarse algún día, el joven quizás no logre evitar que otro hombre ocupe su lugar en la crianza de su hijo.
Por tanto, es obvio que engendrar un hijo fuera del matrimonio causa mucha angustia, tanto para los padres como para el niño. Además de las preocupaciones normales, también está el peligro de perder el favor de Jehová Dios, quien condena la inmoralidad sexual (1 Tesalonicenses 4:3). Aunque tal vez sea posible hacer frente a una situación desagradable, como el embarazo en la adolescencia, es patente que el mejor derrotero es no envolverse en conducta inmoral. Un padre joven admite: "Una vez que engendras un hijo sin estar casado, tu vida jamás volverá a ser la misma". En realidad, un padre joven quizás tenga que vivir con las consecuencias de su error durante el resto de su vida (Gálatas 6:8). Una vez más queda probada la sabiduría del consejo bíblico: "Huyan de la fornicación" (1 Corintios 6:18).

lunes, 23 de febrero de 2009

¿ A DONDE VA EL AMOR?



“Parece mucho más sencillo enamorarse que seguir enamorado.”—Doctora Karen Kayser.
QUIZÁS no nos sorprenda que los matrimonios sin amor estén proliferando. La unión conyugal es una relación humana compleja, y muchas personas la inician sin estar preparadas. “Para conseguir la licencia de conducir, tenemos que demostrar que poseemos cierta habilidad —observa el doctor Dean S. Edell—, pero la licencia matrimonial se puede obtener con tan solo una firma.”
Por eso, mientras que muchos matrimonios prosperan y son felices, otros pasan por momentos de tensión. Quizás uno de los cónyuges o ambos se casen con grandes expectativas, pero carezcan de las aptitudes necesarias para mantener una relación duradera. “Cuando dos personas inician una amistad íntima —señala el doctor Harry Reis—, sienten que cada una aporta a la otra un sentimiento de valía personal.” Creen que su pareja es “la única persona del mundo que comparte sus puntos de vista. Ese sentimiento a veces desaparece, lo que puede tener graves repercusiones en el matrimonio”.
Afortunadamente, muchas relaciones conyugales no llegan a ese punto. No obstante, resumiremos algunos factores que en ocasiones han contribuido a que el amor se desvanezca.
Desilusión: “Esto no es lo que yo esperaba”
“Cuando me casé con Jim —relata Rose—, creía que nuestra relación sería como la de la Bella Durmiente y el Príncipe Azul, llena de amor, ternura y consideración.” Sin embargo, al poco tiempo, el “príncipe” de Rose perdió su encanto. “Acabé llevándome una terrible desilusión”, afirma.
Numerosas películas, libros y canciones populares ofrecen una visión poco realista del amor. Durante el noviazgo, muchas personas pudieran sentirse como si estuvieran viviendo un sueño hecho realidad y concluir al cabo de algunos años de casadas que, sin lugar a dudas, solo se trataba de un sueño. Un matrimonio viable pudiera parecer un absoluto fracaso por el mero hecho de no haberse convertido en un idilio de cuento de hadas.
Claro, algunas expectativas son del todo apropiadas. Por ejemplo, es normal esperar amor, atención y apoyo del cónyuge. Y, sin embargo, incluso estos deseos pudieran no satisfacerse. “Es casi como si no estuviera casada —dice Meena, una joven de la India—. Me siento sola y abandonada.”
Incompatibilidad: “No tenemos nada en común”
“Mi esposo y yo somos polos opuestos en casi todo —admite una mujer—. No pasa un día sin que me arrepienta amargamente de haberme casado con él. Sencillamente somos incompatibles.”
Por lo general, los recién casados no tardan mucho tiempo en descubrir que no se asemejan tanto como les parecía durante el noviazgo. “El matrimonio pone de manifiesto rasgos de la personalidad que ellos mismos desconocían antes de casarse”, escribe la doctora Nina S. Fields.
De ahí que haya parejas que después de contraer matrimonio tal vez concluyan que son totalmente incompatibles. “Aunque tengan algunos gustos y rasgos del carácter parecidos, la mayoría de las personas se casan con alguien cuyo estilo de vida, costumbres y actitud difieren bastante del propio”, indica el doctor Aaron T. Beck. Muchos cónyuges no saben cómo conciliar esas diferencias.
Discrepancias: “Siempre estamos discutiendo”
“Nos quedábamos atónitos de ver cuánto nos peleábamos; incluso nos gritábamos, o lo que es peor, dejábamos de hablarnos durante días”, relata Cindy al recordar los primeros días de su vida de casada.
Es inevitable que surjan desacuerdos entre los cónyuges. Pero ¿cómo pueden resolverse? “En un matrimonio saludable —escribe el doctor Daniel Goleman—, el marido y la mujer se sienten libres de manifestar una queja. Pero con demasiada frecuencia, en el calor de la discusión, las quejas se manifiestan de una forma destructiva, como un ataque a la personalidad del cónyuge.”
Cuando esto sucede, la conversación se convierte en un campo de batalla en el que se defienden las opiniones con fuerte determinación y las palabras dejan de ser un medio de comunicación para transformarse en un arma. Un grupo de expertos señala: “Uno de los efectos más perjudiciales de las discusiones que se escapan de las manos es que los cónyuges tienden a decir cosas que amenazan los mismísimos pilares del matrimonio”.
Apatía: “Nos hemos dado por vencidos”
“He dejado de intentar que nuestro matrimonio funcione —confesó una mujer después de llevar cinco años casada—. Sé que nunca funcionará. Así que lo único que me preocupa son mis hijos.”
Se dice que la verdadera antítesis del amor no es el odio, sino la apatía. Lo cierto es que la indiferencia en el matrimonio puede ser tan destructiva como la hostilidad.
Lamentablemente, algunos cónyuges han llegado a acostumbrarse tanto a la falta de amor que han perdido toda esperanza de que se produzca algún cambio. Por ejemplo, un marido asemejó sus veintitrés años de matrimonio a “un empleo que no te gusta”. Y añadió: “Uno se limita a cumplir”. Así mismo, tras llevar siete años casada, una mujer llamada Wendy ha perdido la esperanza de que su relación conyugal mejore. “Lo intenté tantas veces —comenta—, y él siempre me defraudó. Acabé en una depresión. No quiero pasar por eso otra vez. Si yo me dejara llevar por la esperanza, sólo me haría más daño. Más vale no esperar nada; no disfrutaré de las cosas, pero por lo menos no me deprimiré.”
La desilusión, la incompatibilidad, las discrepancias y la apatía son tan solo algunos de los factores que pueden contribuir a que se desvanezca el amor en el matrimonio. Es obvio que hay más razones, algunas de las cuales se recogen en el recuadro de la página 5. Ahora bien, prescindiendo de cuál sea la causa, ¿hay esperanza para las parejas que parecen estar atrapadas en un matrimonio sin amor?

martes, 17 de febrero de 2009

IMAGENES PAGANAS!!!



¿Pueden acercarlo a Dios las imágenes?
HOY los museos están llenos de imágenes o estatuas procedentes de Egipto, Babilonia y Grecia. Estatuas que en un tiempo fueron objeto de ferviente veneración ahora se exhiben como simples obras de arte de la antigüedad. Solo tenían poder en la imaginación de sus adoradores. Al desaparecer los pueblos que les rendían culto, también se desvaneció el poder que supuestamente tenían las imágenes. Quedó demostrado lo que aquellas imágenes en verdad siempre habían sido: objetos impotentes, inanimados, de madera, piedra o metal.
¿Qué se puede decir de las imágenes que la gente venera y adora hoy? ¿Tienen mayor poder que las de Egipto, Babilonia y Grecia de la antigüedad? ¿Han ayudado verdaderamente al hombre a acercarse a Dios?
Parece que con cada generación que pasa la humanidad se aleja más de Dios. ¿Y qué pueden hacer al respecto todas las imágenes del mundo? Si se las desatiende, se cubren de polvo, y con el tiempo se corroen o pudren. No pueden cuidarse a sí mismas, y mucho menos pueden hacer algo por los humanos. Sin embargo, he aquí un asunto más importante: ¿Qué dice la Biblia sobre esto?
Costosas, muy trabajadas, pero inútiles
No sorprende el que la Biblia diga que las imágenes son cosas inútiles y de ninguna manera pueden ayudar a sus devotos a acercarse a Dios. Aunque las imágenes religiosas son por lo general costosas y muy trabajadas, la Biblia muestra lo que en verdad valen cuando dice: "Los ídolos de ellos son plata y oro, la obra de las manos del hombre terrestre. Boca tienen, pero no pueden hablar; ojos tienen, pero no pueden ver; oídos tienen, pero no pueden oír. Nariz tienen, pero no pueden oler. Manos son suyas, pero no pueden palpar. Pies son suyos, pero no pueden andar; no profieren sonido con su garganta. Quienes los hacen llegarán a ser lo mismo que ellos, todos los que confían en ellos". (Salmo 115:4-8.)

Jesus descartó el uso de imágenes como ayudas para acercarse a Dios cuando dijo: "Nadie viene al Padre sino por mí". (Juan 14:6.) Por eso no sorprende que los cristianos del primer siglo rechazaran el uso de imágenes en la adoración.
Con todo, hoy algunas religiones sobrepasan a las demás en la cantidad de sus imágenes. Sí, a pesar de toda la prueba histórica y bíblica de la insensatez de venerar imágenes, por todo el mundo personas que afirman ser cristianas siguen postrándose y orando ante imágenes en su búsqueda sincera de Dios.

Las imágenes no nos pueden ayudar a acercarnos a Dios. El Magnífico Creador, Jehová Dios, detesta la veneración de imágenes. (Deuteronomio 7:25.) Dios exige devoción exclusiva." (Nahúm 1:2.) Dice: "Yo soy Jehová. Ese es mi nombre; y a ningún otro daré yo mi propia gloria, ni mi alabanza a imágenes esculpidas". (Isaías 42:8.) Por consiguiente, la Biblia advierte que los que veneran imágenes "no heredarán el reino de Dios". (Gálatas 5:19-21.)
Sin embargo, Jehová también es un Dios misericordioso que perdona. La Biblia habla de personas que se volvieron de sus ídolos a Dios y fueron declaradas justas después de abandonar sus prácticas idolátricas. (1 Corintios 6:9-11; 1 Tesalonicenses 1:9.) Prestaron atención a estas palabras de Jesús: "Dios es un Espíritu, y los que lo adoran tienen que adorarlo con espíritu y con verdad". (Juan 4:24.)
Él es de personalidad bondadosa, amorosa y abierta al trato, y nos invita a entrar en una relación estrecha con él, y espera que hagamos eso. (Isaías 1:18.)

lunes, 16 de febrero de 2009

¿ DONDE ESTAS QUE NO TE VEO?


¿Cómo sostener un noviazgo a distancia?


EL MUNDO se ha hecho más pequeño y más manipulable, con el abaratamiento de los viajes en avión, una red telefónica que conecta todo el planeta, la pronta entrega del correo e Internet, se han abierto en las últimas décadas nuevos horizontes en el terreno del amor. Y la idea de mantener un noviazgo con alguien que vive a cientos o hasta miles de kilómetros de distancia puede parecer atractiva de múltiples maneras, sobre todo si las posibilidades de casarse localmente son escasas.

A algunas parejas les ha ido bien. “Llevamos dieciséis años felizmente casados”, dice Tony. Incluso hay quienes arguyen que un noviazgo a distancia tiene la ventaja de permitir que las parejas se conozcan sin el poder cegador de la atracción física. Sean cuales sean sus ventajas, esta modalidad de noviazgo plantea dificultades peculiares.

Conózcanse mutuamente

Conviene saber tanto como sea posible de la persona con quien uno piensa casarse. No obstante, dice por experiencia propia un esposo llamado Frank, “no es fácil llegar a conocer a la verdadera persona, ‘la persona secreta del corazón’” (1 Pedro 3:4). Doug, otro cristiano que sostuvo su noviazgo a distancia, confiesa: “Ahora me doy cuenta de que no nos conocíamos muy bien”.

¿Es realmente posible llegar a conocer a alguien que vive a cientos o miles de kilómetros de distancia? Sí, pero no sin grandes esfuerzos. “Como no teníamos dinero para llamar por teléfono, nos escribíamos una vez por semana”, dice Doug. Para Joanne y Frank, sin embargo, cartearse no fue suficiente. “Al principio nos escribíamos y tratábamos de telefonearnos —relata ella—. Luego, Frank me regaló una grabadora pequeña y grabábamos una cinta todas las semanas.”

La sinceridad es imprescindible

Independientemente del medio de comunicación que escojas, la sinceridad es fundamental. “Si mientes, se sabrá después y la relación se verá afectada —dice una esposa cristiana llamada Ester—. Sé franco con la otra persona y contigo mismo. Si hay algo en lo que no estás de acuerdo, no te lo calles. Dilo.” El apóstol Pablo da un buen consejo: “Hable verdad cada uno de ustedes con su prójimo” (Efesios 4:25; compáralo con Hebreos 13:18).

¿Cuáles son algunos asuntos que deben abordarse indispensablemente? Todos los novios deben conversar sobre temas como los objetivos en la vida, los hijos, el dinero y la salud. Pero tal vez haya algunas cuestiones que requieran particular atención. Por ejemplo, si se casan, uno de los dos —o los dos— tendrá que mudarse. ¿Estás en condiciones de hacerlo, mental y emocionalmente? ¿Cómo lo sabes? ¿Te has mudado antes o has estado lejos de tu familia largas temporadas?
Si la persona que cortejas es de otro país, ¿estás dispuesto a adaptarte a una nueva cultura? “¿Realmente disfruta cada uno de la cultura del otro todos los días? —pregunta Frank—. Discutan estos asuntos importantes desde el mismo principio de la relación. Mientras más pronto sepas la respuesta, mejor (antes de que inviertas demasiado en sentido emocional y económico).” En efecto, no es lo mismo vivir de continuo en otra cultura que ir de visita unos cuantos días. ¿Tendrás que aprender otro idioma? ¿Podrás amoldarte a cambios grandes en las condiciones de vida? ¿Pudiera ser acaso que te atraiga más la cultura que la propia persona? La fascinación probablemente desaparecerá con el tiempo, pero el matrimonio enlaza permanentemente a una pareja
Tony explica: “Conozco a una muchacha que se casó con un caribeño y a la que se le hizo muy difícil vivir en una isla. El calor era constante y se enfermó; la comida era diferente y echaba mucho de menos a su familia. Entonces probaron a vivir en el país de ella. Pero a él le pareció que la vida allí era demasiado materialista, y extrañaba mucho la intimidad de que gozaba con sus familiares y vecinos en su tierra. Ahora viven separados, cada uno en su país, mientras sus dos hijos añoran el amor y la atención de ambos padres”.

Casarse con alguien que vive lejos, quizás de otra cultura, plantea otros problemas. ¿Estás preparado para correr con los gastos adicionales por concepto de viajes y comunicación? Lydia recuerda: “Phil bromeaba diciendo que teníamos que casarnos porque la cuenta del teléfono era muy alta; pero ahora hay que pagar las llamadas que hago a mi madre”. ¿Y si vienen hijos? Algunos crecen sabiendo muy poco de sus propios parientes, incapaces incluso de hablar con ellos por teléfono debido a las diferencias lingüísticas. No queremos decir con esto que tales dificultades sean insuperables, pero sí es menester calcular el costo de este tipo de matrimonio (compáralo con Lucas 14:28).

¿Cómo es realmente la persona?

¿Cómo saber si la otra persona está siendo abierta y franca contigo? “Todo árbol bueno produce fruto excelente”, dice Mateo 7:17. Entonces, ¿cuáles son sus obras? ¿Son sus palabras consecuentes con sus actos? ¿Concuerda su pasado con los objetivos que dice tener para el futuro?

Ahora bien, supongamos que la otra parte se muestra evasiva. No cambies de tema ni te limites a esperar que todo salga bien. Ahonda en el asunto. Pregunta: ¿POR QUÉ? Dice un proverbio: “El consejo en el corazón del hombre es como aguas profundas, pero el hombre de discernimiento es el que lo sacará” Otro advierte: “Cualquiera que es inexperto pone fe en toda palabra, pero el sagaz considera sus pasos” (Proverbios 14:15).

Cara a cara

Con todo, lo que se puede conocer de una persona por carta o por teléfono tiene sus límites. Llama la atención el hecho de que, a pesar de que el apóstol Juan escribiera varias cartas a sus hermanos cristianos, las cuales contribuyeron grandemente a reforzar el vínculo de afecto entre ellos, dijera: “Aunque tengo muchas cosas que escribirles, no deseo hacerlo con papel y tinta, sino que espero ir a ustedes y hablar con ustedes cara a cara” . De igual manera, no hay nada como pasar tiempo con alguien personalmente. Pudiera incluso ser práctico que uno de los dos se mudara por un tiempo para estar más cerca del otro; así también experimentaría el clima y las condiciones de vida del que tal vez sea su nuevo hogar.

También es necesario pasar tiempo con los parientes políticos potenciales. Procura forjar una buena relación con ellos; después de todo, si te casas, pasarán a formar parte de tu familia. ¿Los conoces? ¿Te llevas bien con ellos? Joanne aconseja: “De ser posible, convendría que las dos familias se conocieran”. Tony agrega: “Tu novio o tu novia te tratará de la misma manera como trata a su familia”.

Ya sea que el noviazgo se lleve a cabo en persona o por teléfono, no te precipites a tomar una decisión . Si es obvio que el matrimonio sencillamente no va a funcionar, sería prudente hablar de acabar la relación. O quizás sea solo asunto de dedicar más tiempo a comunicarse con franqueza.

Un noviazgo a distancia puede ser difícil, así como remunerador; pero, en todo caso, es algo serio. Tómate tu tiempo. Conózcanse mutuamente. Entonces, si decides casarte, el recuerdo de tu noviazgo será algo que atesorar y no que lamentar.

UN ENEMIGO INTIMO...


¿Qué es el cáncer? ¿Qué lo causa?

TAL vez merecidamente, en el transcurso de los años, la palabra “cáncer” ha asumido un aspecto sumamente negativo. Frases como “se está esparciendo como un cáncer mortal e insidioso” han impelido a muchas personas a cerrar los ojos a la palabra y a su verdadero significado.

Pero hoy, cuando se saca a relucir de manera objetiva, este asunto asume proporciones menos temibles. En vez de ser siempre “mortífero”, a menudo llega a ser “curable”. En vez de siempre “esparcirse”, a menudo se le pone fin mientras todavía está estacionario. Por consiguiente, ¿qué, realmente, es el cáncer? ¿Y qué lo causa?

Los británicos sir Richard Doll y Richard Peto, expertos en la materia, explican: “Los diversos tipos de cáncer en los humanos son enfermedades en que una de las muchas células que componen el cuerpo humano se altera de tal modo que se duplica inadecuadamente una y otra vez, y produce millones de células descendientes igualmente afectadas, algunas de las cuales pudieran esparcirse a otras partes del cuerpo y, con el tiempo, plagarlo”. (The Causes of Cancer.)

La pregunta importante ahora es: ¿Por qué? ¿Por qué se salen algunas células del molde normal y se reproducen anormalmente?

¿Puede contribuir a ello el estilo de vida que usted lleve?

En la etapa en que se halla actualmente la investigación científica sobre el cáncer, a los médicos les falta mucho por hallar la solución final a la plaga del cáncer. El hecho de que la cantidad de casos de cáncer ha aumentado lo confirman el Dr. John C. Bailar III y la Dra. Elaine M. Smith, quienes recientemente declararon lo siguiente en The New England Journal of Medicine: “Entre 1973 y 1981 el índice bruto para todos los casos combinados de neoplasmas [cáncer] aumentó un 13%. [...] No hay razón para pensar que, en conjunto, el cáncer se esté haciendo menos común”.

En gran parte, los expertos en cáncer están atrapados entre la necesidad de hallar un tratamiento adecuado para los tumores malignos y la necesidad de fomentar la prevención hallando las verdaderas causas. La búsqueda de las causas conduce a un laberinto de diferentes teorías... ¿causan cáncer los virus, los genes, las reacciones del sistema inmunológico, las sustancias químicas, el ambiente, sustancias tóxicas en el cuerpo, combinaciones de estos factores o alguna otra cosa? ¿Y mediante qué proceso se hace maligna una célula y entonces se desplaza?

Un experto en cáncer, el profesor Stephan Tanneberger, declaró: “Ya es un hecho establecido que este es un proceso que abarca varias etapas por el cual una célula normal con cierta composición genética se transforma en una célula tumorosa bajo la influencia de varios factores. Sabemos que los virus, la radiación y las sustancias químicas constituyen tales factores, pero es prudente decir que solo la interacción de varios de estos factores en un proceso de varias etapas produce la célula cancerosa”. (Prisma.)

¿Qué significado tiene esto para nosotros en la vida cotidiana? Según el Dr. Charles A. LeMaistre, presidente de la Sociedad Americana contra el Cáncer, nuestros hábitos en la vida cotidiana se relacionan con las causas del cáncer. Declaró: “Actualmente la mayor parte de los científicos creen que nuestros hábitos cotidianos... lo que comemos y bebemos, si fumamos y cuán a menudo nos exponemos al sol determina en gran medida el riesgo que corremos de desarrollar muchos tipos de cáncer”. (La revista Ebony.)

Este punto de vista lo confirma la investigación que realizaron Doll y Peto, expertos de la Universidad de Oxford. Ellos declaran: “El observar las manías del comportamiento humano pudiera sugerir ideas que tal vez nunca se le ocurrirían a un investigador de laboratorio. Históricamente, ellas proveyeron el punto de partida para gran parte de todos los estudios sobre el cáncer cuando señalaron los riesgos que se asocian con la exposición a la combustión de productos del carbón, a los rayos solares, a los rayos X, al asbesto y a muchos otros agentes químicos. Llamaron la atención a los riesgos que se asocian con el mascar diversas mezclas de areca, tabaco y cal, y con el fumar tabaco”.

Debido a que los estilos de vida y los ambientes difieren de un país a otro, esto significa que en algunos países existe la tendencia a haber más casos de ciertos tipos de cáncer y menos de otros. Por ejemplo, en Inglaterra, donde por décadas ha sido común el uso del tabaco, el más común es el cáncer pulmonar. Nigeria, donde todavía no es tan común el uso del tabaco, tiene actualmente una tasa mucho más baja de ese tipo de cáncer. El estado de Connecticut, E.U.A., es el lugar donde más casos hay de cáncer de colon y de vejiga, mientras que Nigeria tiene los niveles más bajos.

Otro ejemplo de cómo el estilo de vida puede contribuir al cáncer es el sarcoma de Kaposi, una forma rara de cáncer. Los homosexuales han sido víctimas de este tipo de cáncer en los últimos años como consecuencia del SIDA, que debilita el sistema inmunológico del paciente y lo deja expuesto a contraer infecciones y dicho sarcoma.

El Dr. Kenneth R. Pelletier, de la Escuela de Medicina de la Universidad de California, señala otro posible factor que causa cáncer: “Numerosos estudios experimentales con animales y humanos han demostrado que la tensión, la depresión sicológica y otros factores sicosociales comprometen la capacidad del organismo para evitar el inicio de una enfermedad como el cáncer, o para limitar su propagación”. (Holistic Medicine.)

Otros médicos también sostienen el punto de vista de que la tensión excesiva puede afectar el sistema inmunológico y dejar expuesta a la persona al cáncer y a otras enfermedades. Pero examinemos más de cerca algunas de las causas más obvias de cáncer.

El tabaco... enemigo mortal

Por décadas se ha dicho que el tabaco está relacionado con el cáncer. Por lo tanto, no causa gran sorpresa leer el siguiente comunicado de prensa: “La Organización Mundial de la Salud, al citar de un informe que indica que se puede atribuir al uso del tabaco casi un millón de muertes todos los años, ha declarado que condena con vigor el fumar y el uso del tabaco”. Este artículo, que se publicó en The New York Times, siguió diciendo que “el fumar es responsable del 90% de todos los casos de cáncer pulmonar, el 75% de todos los casos de bronquitis crónica y enfisema, y el 25% de los casos de isquemia cardíaca, así como de otros tipos de cáncer, complicaciones durante el embarazo y enfermedades respiratorias”.

El tabaco desempeña un papel tan importante en el cáncer que el Dr. Byron J. Bailey, de la Sucursal de Medicina de la Universidad de Texas, cree que se debería llamar tabaquismo a la adicción al tabaco y a la consecuencia de este, el cáncer. Él escribió para la revista JAMA (Journal of the American Medical Association): “Tenemos que darnos cuenta de que el tabaquismo es el tipo de toxicomanía más mortífera en los Estados Unidos [¡en el mundo!] hoy día, y causa más muertes y cuesta más que la adicción a la cocaína y a la heroína, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, los accidentes automovilísticos, los asesinatos y los ataques terroristas, combinados”.

Pero ¿qué hay del uso de lo que se conoce como “tabaco sin humo”, el rapé y el tabaco de mascar, que ahora son populares entre millones de personas alrededor del mundo? The New England Journal of Medicine informa que “en la India, partes de Asia central y el sureste de Asia el cáncer oral es muchísimo más frecuente que en los Estados Unidos. De hecho, es el tipo de cáncer más común de esa zona”. El informe sigue diciendo: “Se ha probado que el tabaco sin humo que se usa oralmente, solo o junto con ingredientes como nuez de areca, hojas de betel y cal, aumenta en gran medida el riesgo de desarrollar cáncer de la boca”.

El tabaco y el alcohol... ¿hay algún vínculo?

¿Qué hay en cuanto a combinar el fumar y el beber? Los doctores Doll y Peto afirman que el alcohol y “el fumar ‘actúan recíprocamente’, de modo que cada agente intensifica los efectos del otro. Desde hace 60 años se ha sospechado que el alcohol tiene que ver con el desarrollo de cáncer, puesto que se ha comprobado que las probabilidades de desarrollar cáncer de la boca, la faringe, la laringe y el esófago son mayores de lo común entre los hombres que tienen empleos que fomentan el consumo de grandes cantidades de bebidas alcohólicas”.

Esta conclusión la confirma el profesor alemán Tanneberger, experto en cáncer, que dijo: “El fumar y consumir en exceso bebidas alcohólicas son factores de riesgo de primera categoría. [...] No se puede eludir el hecho de que existe una relación causal entre el estilo de vida de la persona y el desarrollo del cáncer”.

Asesinos “inocentes”

Todos los años millones de personas se exponen a un asesino fortuito que parece muy agradable e inocente... los rayos solares. Sin embargo, el tomar baños de sol en exceso, especialmente si resulta en graves quemaduras de sol en la adolescencia, puede producir melanoma, cáncer de pigmentación oscura de la piel. Una fuente médica explica: “Las condiciones que llevan al máximo el riesgo pudieran ser las que requieran que se exponga repentinamente a la luz solar la piel que no esté bronceada”. (The Causes of Cancer.)

Esta causa no debería considerarse de poca importancia, puesto que este año se espera que tan solo en los Estados Unidos surjan 23.000 nuevos casos de este tipo de cáncer y que ocurran 5.600 muertes. Las personas que son afectadas con mayor facilidad son las que tienen la piel clara, ojos azules, pelo rubio o rojo y pecas.

El exponerse excesivamente a los rayos X en exámenes médicos podría ser otra causa “inocente” de cáncer. Por ejemplo, el “ritmo de aumento en la tasa [...] es mayor para el cáncer de la tiroides que para cualquier otro tipo de tumor, y ello pudiera explicarse en parte por la epidemia de diversos tipos de cáncer no mortales de la tiroides como resultado de las radiografías”. (The Causes of Cancer.)

Hasta la comida que consumimos podría resultar ser otra causa insospechada de cáncer. “Hay estudios que sugieren que ciertas clases de alimentos y algunas sustancias nutritivas que contienen esos alimentos pudieran asociarse con el desarrollo de cáncer. Los hallazgos sugieren que una dieta saturada en grasa es un factor de riesgo para desarrollar cáncer. [...]

”Los científicos han hallado cierta relación entre la falta de ciertas vitaminas —A y C— y el cáncer. Por ejemplo, a las dietas bajas en vitamina A las han vinculado con el cáncer de la próstata, del cuello del útero, de la piel, de vejiga y del colon.” (Ministerio de Salud y Servicios Humanos de E.U.A.)

Un ejemplo curioso es la aflatoxina, “producto del hongo Aspergillus flavus que comúnmente contamina los cacahuetes (maní) y otros alimentos básicos ricos en carbohidratos que son almacenados en climas calientes y húmedos”. De acuerdo con los doctores Doll y Peto, este “es un factor principal en la producción de cáncer del hígado en ciertos países tropicales”.

Después de la causa y el efecto... ¿entonces qué?

En realidad hay por lo menos 200 tipos de cáncer cuyas muchas causas son diferentes o se relacionan entre sí. En algunos casos, aún no se conocen las causas con certeza. Se han señalado como posibles causas las sustancias químicas que se usan en los alimentos, así como los contaminantes industriales. Por alguna razón, el tardarse en tener el primer hijo, aplazando así la lactancia natural, también guarda cierta relación con los casos de cáncer de mama. Para más información sobre las causas de cáncer, véase el recuadro de la página 6.

Si los científicos han establecido que muchos tipos de cáncer se deben al comportamiento humano y a factores ambientales, vamos en camino a hallar soluciones importantes para el problema del cáncer... la prevención y la cura. Estos aspectos se consideran en el siguiente artículo.

Definiciones de terminología del cáncer

Tumor: Masa de tejido anormal; cualquier hinchazón morbosa; llamado también neoplasma o formación de tejido nuevo. Puede ser benigno o maligno.

Benigno: Células que no invaden a otro tejido o que no se infiltran en este. Sin embargo, un tumor benigno puede causar presión peligrosa.

Maligno: Células que invaden los tejidos circundantes y que se infiltran en estos, y que, a menos que sean detenidas, con el tiempo plagan al paciente.

Cáncer: Tumor maligno. Los diferentes tipos están alistados bajo dos grupos principales: sarcomas y carcinomas.

Sarcomas: Tipos de cáncer de los tejidos estructurales y conectivos que incluyen los huesos, los cartílagos, la grasa y los músculos.

Carcinomas: Tipos de cáncer que afectan los tejidos que cubren o revisten órganos del cuerpo como la piel, los intestinos, los pulmones y los pechos.

Cancerígeno: Sustancia que causa cáncer.

Metástasis: Transmisión de una enfermedad de su foco original a otras partes del cuerpo.

Linfa: Líquido claro que circula en el cuerpo. Contiene glóbulos blancos, anticuerpos, impurezas y nutrimentos.

Glándulas linfáticas (o ganglios): Normalmente filtran las impurezas del cuerpo. El sistema linfático es vital para defender al cuerpo de las infecciones.

(Basado en Cancer and Vitamin C, de los doctores Ewan Cameron y Linus Pauling; The Facts About Cancer del Dr. Charles F. McKhann.)

EL EXITO EN EL NOVIAZGO!!!!



“TRAS la mayoría de los fracasos en el matrimonio hay fracasos en el noviazgo. Ese punto merece claro énfasis.” Eso dijo Paul H. Landis, investigador de asuntos de la vida familiar. La joven Louise puede confirmar la exactitud de esa declaración. Ella explica: “Mi mayor error fue enamorarme de Andy antes de ver la clase de persona que era. Nuestro noviazgo se había limitado mayormente a ocasiones en que estábamos solos. Nunca vi cómo se comportaba fuera de aquellas situaciones ‘ideales’”. El matrimonio de ellos terminó en divorcio. ¿Cuál es la clave para evitar una tragedia como esa? ¡Un noviazgo de éxito!
Antes de concertar citas
“La persona prudente mira bien sus pasos.” (Proverbios 14:15) El que te enamores de alguien a quien casi no conoces es invitar el desastre... aunque esa persona sea atractiva. ¡Puede que termines casándote con alguien de emociones y metas muy diferentes de las tuyas! Por eso, es prudente que primero observes bien su comportamiento en medio de un grupo, quizás mientras ambos estén disfrutando de alguna forma de recreación.
“Sabía que si me acercaba mucho a ella desde el principio, las emociones me nublarían el juicio —explicó Dave, felizmente casado ya por diez años—. Por eso, observé a Rose desde lejos, sin que ella supiera que me interesaba. Podría ver cómo trataba a otros, o si le gustaba coquetear. En conversaciones informales con ella me enteré de sus circunstancias y metas.” También el hablar con alguien que conozca bien a la otra persona ayuda a uno a descubrir qué reputación tiene.
Las primeras citas
Después que hayas decidido quién podría ser el cónyuge apropiado para ti, pudieras acercarte a esa persona y decirle que desearías conocerla mejor. Si ella está de acuerdo, tu primera cita no tiene que ser un acontecimiento elaborado. Tal vez una cita para una comida o hasta el salir juntos como parte de un grupo te permita familiarizarte mejor con la persona, lo cual te ayudaría a decidir si quieres continuar la relación. El mantener la situación en terreno algo informal ayuda a tranquilizar a ambos si al principio se sienten un poco nerviosos. Y al evitar expresiones de compromiso prematuras pueden minimizar los sentimientos de rechazo —o vergüenza— si uno de los dos pierde el interés.
Prescindiendo del tipo de cita que se planee, llega a tiempo, y con ropa nítida y apropiada. Muestra que puedes entablar y mantener una buena conversación. Escucha atentamente. Aunque no hay reglas inflexibles en tales asuntos, el joven querrá seguir las normas locales de los buenos modales. Puede ser el abrirle la puerta a la joven o ayudarla a sentarse. Ella no debe esperar que él la trate como una princesa, sino que debe mostrar modestia y cooperar con los esfuerzos del joven. Al tratarse con respeto el uno al otro, la pareja puede establecer un modelo de acción para el futuro. Al esposo se le manda ‘honrar a su esposa como el vaso más débil’. Y la esposa debe tener “profundo respeto por su esposo”. (1 Pedro 3:7; Efesios 5:33.)
¿Es apropiado tomarse de las manos, besarse o hasta abrazarse?, y si lo es, ¿cuándo? El mostrar afecto, cuando se hace mediante expresiones genuinas de cariño y no con pasión egoísta, puede ser tanto limpio como propio.
Llegar a conocer a “la persona secreta del corazón”
Un grupo que hizo un estudio informó lo siguiente en el número de mayo de 1980 de la revista Journal of Marriage and the Family: “Parece que hay más probabilidades de que un matrimonio sobreviva y prospere cuando cada contrayente posee un conocimiento relativamente completo del ser interno de la otra persona”. Sí, es muy importante que llegues a conocer a “la persona secreta del corazón” de tu compañero o compañera.
Sin embargo, el ‘sacar’ las intenciones del corazón de la otra persona requiere esfuerzo y discernimiento. Por eso, deben planearse actividades que ayuden a ver cómo es realmente la otra persona. Aunque el ir a ver una película o escuchar un concierto pudiera bastar al principio, el participar en actividades que se presten a que haya más conversación (como al salir a patinar, a un juego de bolos o a visitar parques zoológicos, museos o galerías de arte) puede ayudarles a conocerse mejor.
Para saber cómo piensa la otra persona, hazle preguntas francas como: ‘¿Qué haces en tu tiempo libre?’, ‘Si tuvieras suficiente dinero, ¿qué te gustaría hacer?’, ‘¿Si cree en Dios ?’. Estas preguntas permiten un sondeo que te ayudan a descubrir qué le es precioso a la otra persona.
A medida que se profundice la relación entre ustedes dos y consideren más seriamente el matrimonio, más necesario será que hablen con franqueza sobre asuntos importantes: qué cosas valoran sobre otras; dónde y cómo vivirán; asuntos financieros, incluso si ambos tendrán empleo ; si tendrán hijos o los evitarán; conceptos del papel que desempeñará cada uno en el matrimonio; y metas, tanto para el futuro inmediato como para el distante, y cómo piensan alcanzarlas. También es tiempo de revelar ciertos asuntos, quizás del pasado, que pudieran afectar el matrimonio. Estos pudieran ser deudas u otras obligaciones que tengan. También deben considerar francamente asuntos de la salud, como si han padecido de alguna enfermedad grave, y las consecuencias de esta.
No trates de evadir ni encubrir asuntos delicados por temor de poner en aprietos a la otra persona. Beth cometió ese error mientras era novia de John. Le dijo que creía en ahorrar para el futuro y no derrochar el dinero. John le dijo que opinaba igual. Beth no hizo más preguntas sobre el asunto, pues creía que ambos tenían el mismo punto de vista sobre los asuntos financieros. ¡Pero resultó que la idea de John de ahorrar para el futuro era ahorrar para comprarse un nuevo auto deportivo! Lamentablemente, después que se casaron quedó patente que no concordaban en cómo gastar el dinero.
Desacuerdos de ese tipo se pueden evitar. Louise, a quien mencionamos ya, dice lo siguiente al recordar su noviazgo: “Debí haber hecho muchas otras preguntas, como: ‘¿Qué hay si yo quedara embarazada y tú no quisieras un bebé? ¿Qué harías?’. O: ‘Si tuviéramos deudas y yo quisiera quedarme en casa para atender a nuestro hijo, ¿cómo te las arreglarías?’. Habría notado cuidadosamente cómo reaccionaba”. Conversaciones como esas pueden sacar a la superficie cualidades del corazón que deberían conocerse antes de contraer matrimonio.
¡Observa a la otra persona en acción!
“Una persona puede ser muy amable cuando está contigo a solas —explica Esther—. Pero cuando hay otra gente alrededor quizás se vea en una situación inesperada. Puede que uno de tus amigos diga algo que a esa persona no le agrade. Ahora puedes ver cómo actúa bajo presión. ¿Se pondrá a discutir? ¿Responderá con sarcasmo?” Esther llega a esta conclusión: “Fue muy provechoso que estuviéramos en la compañía de amigos y familiares de ambos mientras éramos novios”.
Aparte de la recreación, pasen tiempo trabajando juntos. También, hagan tareas que después llegarán a ser parte de la vida cotidiana matrimonial... comprar alimentos, preparar una comida, lavar los platos y limpiar la casa. Por hallarse juntos tú y la otra persona en circunstancias de la vida real —hasta en momentos en que ella muestre su peor aspecto— podrás ver lo que en verdad hay tras cualquier fachada agradable de la otra persona.

Toma tiempo hacer una evaluación de ese tipo. Por eso, evita un noviazgo apresurado. (Proverbios 21:5.) Generalmente el hombre y la mujer hacen todo esfuerzo posible, cada uno, para ganarse el amor del otro. Cuando se permite que pase tiempo suficiente, los hábitos y las tendencias desagradables se manifiestan de una manera u otra. A la pareja que no solo se da tiempo, sino que también saca el mayor provecho de este, probablemente se le hará más fácil ajustarse al matrimonio. Con los ojos abiertos, emprenderán la vida matrimonial confiando en que podrán resolver los desacuerdos que surjan. Un buen noviazgo los habrá preparado para un matrimonio que tendrá éxito y será feliz.

jueves, 12 de febrero de 2009

¿ CASARSE O VIVIR JUNTOS?



"¿CUÁNDO nos casamos?" Hace tan solo unos treinta y cinco años, cualquier pareja de enamorados que formalizaba su compromiso se planteaba esta pregunta. Sin embargo, es muy probable que en la actualidad se haga esa pregunta una pareja que ya lleve tiempo conviviendo. Es evidente que los tiempos y las actitudes hacia el matrimonio han cambiado. Pues bien, ¿qué es mejor: casarse, o irse a vivir con la pareja que se escoja?
Estudios realizados en Brasil, Francia, Suecia, Estados Unidos y en muchos otros países revelaron que está de moda vivir juntos sin casarse. Si bien puede que este comportamiento concuerde con las actitudes morales modernas, no es nuevo. Lo nuevo es la reacción de las personas ante esta práctica. La mayoría hoy consiente o aprueba como si fuese perfectamente normal lo que antes se consideraba pecaminoso.
¿Hay alguna ventaja en la unión consensual?
Hay quienes estiman que vivir juntos sin estar casados es un modelo de vida razonable, pues permite a la pareja llegar a conocerse bien antes de entrar en una unión de carácter más permanente como es el matrimonio. Otras ventajas que algunos apuntan son: la pareja recorta los gastos individuales al compartir el alquiler de una vivienda, se independiza de los padres y disfruta de tener compañía y, con ella, de relaciones sexuales. Las parejas de más edad que viven juntas dicen que de ese modo no sufren recortes en la paga que reciben de la seguridad social.
No obstante, una razón poderosa contra ese modelo de vida es que el compañero siempre podrá abandonar a su pareja cuando quiera. El periódico francés Le Monde informó a este respecto que en Suecia y Noruega la mitad de estas parejas no duran más de dos años juntas, y que de un 60 a un 80% se separa antes de los cinco años.
El matrimonio es la mejor vía
Los que defienden la unión consensual tal vez digan que el certificado de matrimonio es tan solo un "pedazo de papel" carente de valor práctico. Este punto de vista se refleja en los seriales televisivos, las películas y hasta en la vida privada de los famosos. Examinemos entonces cuál es el verdadero valor de ese "pedazo de papel".
Cuando una persona forma una sociedad comercial con otra, compra una propiedad o presta dinero, ¿por qué hace que se pongan por escrito, incluso ante notario, los términos del acuerdo? Una razón es que ambas partes se han comprometido, y es una ventaja para ambos tenerlos por escrito. Por ejemplo, si una de las partes muere, desaparece o sencillamente pierde la memoria, el cumplimiento del acuerdo escrito sigue siendo obligatorio ante la ley. Lo mismo ocurre en el matrimonio. Si uno o ambos cónyuges mueren, la ley de la mayoría de los países se encargaría de salvaguardar los intereses de los familiares que sobrevivan al difunto. Por lo general, esto no se contempla en la unión consensual. Este compromiso es lo que marca la diferencia entre la unión libre y el matrimonio. El certificado matrimonial le recuerda a la pareja el compromiso de amarse, respetarse y cuidarse mutuamente, así como de todas las implicaciones legales del voto conyugal.
Una mujer casada se expresó de este modo: "Tal vez sea anticuada, pero el compromiso del matrimonio hace que me sienta más segura". Estas palabras reflejan las que Dios pronunció cuando unió en matrimonio a la primera pareja: "Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne". (Génesis 2:24.) ¡Una unicidad única! Luego la pareja solo podría ser "una sola carne" cuando su relación fuese de por vida, completa, exclusiva y legal... únicamente así.
No obstante, algunas personas afirman conocer a parejas que viven en unión consensual y disfrutan de una relación muy estable.
"Que se casen"
La Biblia ofrece la mejor razón para evitar la unión consensual. En Hebreos 13:4 dice: "Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin contaminación, porque Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros". Lo que dice en términos llanos y sencillos es que vivir juntos sin estar casados es fornicación. Ahora bien, ¿qué es "fornicación"? Por definición, es la acción de "practicar el coito fuera del matrimonio". La persona que desee tener una buena conciencia ante Dios deberá cumplir con este mandato bíblico: ‘Esta es la voluntad de Dios: que se abstengan de la fornicación’. (1 Tesalonicenses 4:3.)
Ahora bien, suponga que haya personas cuyo problema sea que no son capaces de reprimir sus impulsos sexuales. El apóstol Pablo escribió a este respecto: "Si no tienen autodominio, cásense, porque mejor es casarse que estar encendidos de pasión". Más adelante añadió: ‘Pero si alguno piensa que se está portando impropiamente para con su virginidad, que se case’. (1 Corintios 7:9, 36.) Tenga presente que Pablo no dijo ‘que hagan lo que les parezca mejor y se junten’, sino ‘cásense’.
Esto no significa que el matrimonio haya de verse como un medio de dar satisfacción a los deseos sexuales. Una pareja debe conocerse bien antes de casarse. ¿Pero cómo conseguirlo sin vivir juntos? Un noviazgo decoroso suministra muchísimas ocasiones para conocerse. La pareja debe determinar lo que espera del matrimonio y de su futuro cónyuge. ¿Qué necesidades físicas, emocionales y espirituales tienen ambos? ¿Satisfará esas necesidades la persona que se tiene presente? (Mateo 5:3.)
Después de lo examinado, usted reconocerá sin duda que la mejor de las dos opciones —vivir juntos o casarse— es la segunda. Las parejas casadas conviven juntas sin remordimientos ni temores y gozan del respeto de sus amigos y familiares. La vida de sus hijos no está marcada por las cicatrices emocionales que dejan el saberse fruto de unas relaciones extramatrimoniales. Pero lo más importante es que las parejas casadas agradan a Dios por haber respetado la institución del matrimonio.

¿ A dónde vas tan rápido?


De prisa, ¿y sin llegar a ningún lugar?

EL CONDUCTOR iba a la velocidad que a él le parecía propia: ¡a 130 kilómetros (80 millas) por hora! Pero sus pasajeros, que estaban acostumbrados a las restricciones de un límite de velocidad fijo, estaban completamente desconcertados por la prisa del tráfico en las autobahns o autopistas de Alemania Occidental. Porque en estas —excepto en secciones designadas— no hay límite de velocidad. De hecho, aunque este grupo viajaba a 130 kilómetros por hora, ¡muchos automóviles y motocicletas le rebasaban como un rayo! No pudiendo contenerse más, una de las pasajeras exclamó: "¿Qué prisa tiene todo el mundo? ¿A dónde van?".
"Puede que no vayan a ningún sitio en particular", respondió sonriente el anfitrión, obviamente bromeando. Porque estaba claro que todos sí iban a algún lugar... ¡y bastante rápido, por cierto!
No obstante, ¿qué hace que todo el mundo lleve tanta prisa? ¿Ha olvidado la gente que gran parte del placer de viajar consiste en tomarse algún tiempo para disfrutar del paisaje? ¿Se le dio la vida al hombre para que fuera una carrera corta y veloz que lo dejara sin aliento?
Los automóviles veloces, las comidas de preparación rápida y los aviones supersónicos son marcas distintivas de una era que cada vez exige más de las personas: ¡Aprisa!, ¡Más rápido!, ¡Más eficiente! Es cierto que pocas personas optarían por volver a la era del coche tirado por bestias. Y la mayoría concordará en que, en algunas circunstancias, es correcto apresurarse. Después de todo, si se llama al médico o a la policía, naturalmente se espera que acudan con prontitud.
Aun así, ¿es necesaria o provechosa toda esta prisa? Hay quienes piensan que no. Un colaborador del periódico Los Angeles Times escribió: "Abrumadas, apremiadas y hostigadas, [muchas personas] viven su vida con gran rapidez, bajo la tiranía del reloj en una era de la prisa".
El llevar una vida agitada también ha contribuido a lo que The Toronto Star llamó "una epidemia irrefrenable"... ¡la tensión extremada conocida como estrés! El estrés parece tener en la gente el efecto de una poción dañina. Se le culpa de una serie impresionante de enfermedades, que van desde la caspa y las uñas partidas hasta la hipertensión arterial y los ataques cardíacos. La presión del reloj también perjudica las relaciones humanas.
Entonces, ¿por qué se llama a nuestra época "una era de la prisa"? Si usted se siente acosado y bajo presión ahora, ¿qué clase de vida tendrá en unos cuantos años? ¿Hay alguna manera de lograr mayor dominio de su vida, de hacer frente a la vida agitada de hoy?

lunes, 2 de febrero de 2009

LA DEPRESION , QUE ES?


¿Por qué me deprimo tanto?
Melanie siempre se había conformado al ideal de su madre de lo que era una niña perfecta... hasta que cumplió 17 años. Entonces, dejó de participar en las actividades escolares, cesó de aceptar invitaciones a fiestas y, al parecer, ni siquiera le preocupó que sus calificaciones bajaran de sobresaliente a solo normal. Cuando, con cariño, sus padres le preguntaron qué le pasaba, se alejó enfurecida, gritando: “¡Déjenme en paz! No me pasa nada”.
Mark, a los 14 años, era impulsivo y dado a la agresión, de temperamento explosivo. En la escuela era inquieto y desordenado. Cuando se sentía frustrado o se enojaba, montaba en su motocicleta y se iba al desierto, o se lanzaba en su tabla de patinar por colinas empinadas.
MELANIE y Mark padecían de variedades del mismo mal... la depresión. El Dr. Donald McKnew, del Instituto Nacional [estadounidense] de Salud Mental, dice que posiblemente del 10 al 15% de los niños de edad escolar sufren síntomas de depresión. Menos niños sufren ataques severos.
A veces el mal se debe a algún trastorno biológico. Ciertas infecciones o trastornos del sistema glandular, cambios hormonales en el ciclo menstrual, hipoglicemia, algunas medicinas, exposición a ciertos metales o productos químicos, alergias, una dieta desequilibrada, anemia... todos estos factores pueden causar depresión.
Las presiones que llevan a la depresión
Los años de la adolescencia son en sí mismos fuente de depresión emocional. Por no tener la experiencia de un adulto para enfrentarse a los problemas de la vida, el joven pudiera creer que nadie se interesa en él, y deprimirse mucho por asuntos de poca importancia.
El no poder estar a la altura de lo que los padres, los maestros o los amigos esperan de uno es otra causa de tristeza deprimente. Por ejemplo, a Donald le parecía que para complacer a sus padres —personas muy educadas—, tenía que sobresalir en la escuela. Al no lograrlo, se deprimió, y empezó a pensar en suicidarse. Se lamentó así: “Nunca he podido hacer nada bien. Siempre he quedado mal con todo el mundo”.
El ver que uno ha fallado en algo puede provocar depresión, como se evidencia por el caso de un hombre llamado Epafrodito. En el siglo primero, este fiel cristiano fue enviado en una misión especial de ayudar al apóstol Pablo, quien estaba en prisión. Pero al llegar a donde estaba Pablo, Epafrodito enfermó... ¡y Pablo tuvo que cuidar de él! Puedes imaginarte, pues, por qué a Epafrodito pudo haberle parecido que había fracasado, y por qué se sentiría “abatido”. Parece que no tomó en cuenta todo el bien que había hecho antes de enfermar. (Filipenses 2:25-30.)
Un sentimiento de pérdida
En su libro Too Young to Die—Youth and Suicide (Demasiado joven para morir... la juventud y el suicidio), Francine Klagsbrun escribió: “Muchos casos de depresión debida a factores emocionales tienen como raíz un sentimiento profundo de pérdida: de haber perdido a alguien o algo que se amaba profundamente”. Como se ve, la pérdida de uno de los padres por muerte o por divorcio, la pérdida del empleo, o de una carrera, o hasta de la salud física, pudiera ser raíz de una depresión.
Sin embargo, para el joven una pérdida aún mayor es la pérdida del amor, el creerse indeseado y pensar que nadie se interesa en él. “Cuando mi madre nos dejó, me sentí traicionada y sola”, reveló una joven llamada Marie. “Me parecía que de repente todo estaba al revés en la vida.”
Imagínate, entonces, la confusión y el dolor de algunos jóvenes que se enfrentan a problemas familiares como el divorcio, el alcoholismo, el incesto, el maltrato de esposas o de hijos o simplemente el rechazamiento por padres que están demasiado preocupados con sus propios problemas. ¡Cuánta verdad encierra el proverbio bíblico que dice: “¿Te has mostrado desanimado en el día de la angustia? Tu poder [y también tu capacidad para resistir la depresión] será escaso”! (Proverbios 24:10.) Puede que, sin razón para ello, un joven hasta se culpe a sí mismo por los problemas de su familia.
Cómo reconocer los síntomas
Hay diferentes grados de depresión. Pudiera ser que algún suceso desconcertante abatiera temporalmente a un joven. Pero por lo general esos sentimientos no duran mucho.
Sin embargo, si el estado de depresión persiste y en general el joven tiene una actitud de desaliento junto con sentimientos de inutilidad, ansiedad y cólera, esto puede convertirse en lo que los médicos llaman depresión crónica menor, o de grado inferior. Como lo muestran las experiencias de Mark y Melanie (mencionados al principio), los síntomas pueden variar considerablemente. Un joven pudiera sufrir ataques de ansiedad. Otro pudiera estar siempre cansado, sin apetito, sin poder conciliar fácilmente el sueño, y pudiera perder peso o sufrir una serie de accidentes.
Algunos jóvenes tratan de ahogar la depresión en placeres: fiestas constantes, promiscuidad sexual, vandalismo, borracheras, y así por el estilo. Un muchacho de 14 años confesó: “Realmente no sé por qué tengo que estar saliendo siempre. Solo sé que si estoy a solas me doy cuenta de lo mal que me siento”. Es tal como dice la Biblia: “Aun en la risa el corazón puede estar con dolor”. (Proverbios 14:13.)
Cuando es más que simple aflicción
Si la depresión crónica menor no se trata a tiempo, puede empeorar y convertirse en un problema de grandes proporciones... la depresión grave. (Ve la página 107.) “Siempre me parecía que estaba ‘muerta’ por dentro —explicó Marie, una víctima de depresión grave—. Sencillamente existía, pero nada me importaba. Vivía en constante temor.” Cuando se padece de depresión grave, la aflicción es constante y puede durar meses. Por lo tanto, ese tipo de depresión es el factor más común en el suicidio de adolescentes; en muchos países hoy día se considera una “epidemia oculta”.
La emoción más persistente —y la más mortífera— con relación a la depresión grave es una profunda convicción de que todo cuanto se haga resultará inútil. El profesor John E. Mack escribió acerca de una joven de 14 años llamada Vivienne, que padecía de depresión grave. Según las apariencias era una perfecta señorita, cuyos padres se interesaban mucho en ella. Sin embargo, en su desesperación, ¡se ahorcó! El profesor Mack escribió: “El que Vivienne no pudiera ver posible mejoría en su situación, que no tuviera esperanza alguna de librarse de su dolor, fue un factor importante en su decisión de suicidarse”.
A los que sufren de depresión grave les parece que nunca mejorarán, que no hay un mañana. Según los expertos, es ese sentido de futilidad lo que a menudo resulta en comportamiento suicida.
Sin embargo, el suicidio no es la respuesta. Marie, cuya vida se había convertido en una pesadilla, confesó: “Claro que pensé en suicidarme. Pero me di cuenta de que habría esperanza mientras no me quitara la vida”. El suicidio no resuelve nada. Desgraciadamente, en su desesperación muchos jóvenes no pueden siquiera imaginarse que su problema tenga solución, o que exista la posibilidad de que todo salga bien. En el caso de Marie, ella trató de escapar de su problema mediante inyectarse heroína. Dijo: “Me sentía muy confiada... hasta que se disipaba el efecto de la droga”.
Cómo hacer frente a la depresión leve
El Dr. Nathan S. Kline, especialista neoyorquino en depresión, dijo: “Algunos se deprimen debido al hambre. Puede que la persona no haya desayunado y por alguna razón no haya podido almorzar. Entonces, a eso de las tres de la tarde empieza a preguntarse por qué no se siente bien”.
Lo que uno coma también puede tener su efecto. Debbie, una joven atormentada por sentimientos de desesperanza, reconoció lo siguiente: “No sabía que los alimentos poco nutritivos tuvieran tan mal efecto en mi disposición. Los comía mucho. Ahora noto que cuando como menos dulces me siento mejor”. He aquí otros datos útiles: el que hagas algún tipo de ejercicio pudiera levantarte el ánimo. En algunos casos pudiera ser conveniente un examen médico, pues la depresión pudiera ser un síntoma de algún mal físico.
Cómo vencer en la lucha mental
A menudo la depresión es resultado de la poca estima en que uno se tenga a sí mismo, o pudiera empeorarse debido a esa actitud. “El que se ha enfrentado con el menosprecio de muchos —se lamentó Evelyn, de 18 años—, llega a creer que no vale nada.”
Pero considera esto: ¿Les toca a otros decidir lo que tú vales como persona? Ciertas personas se burlaron del apóstol cristiano Pablo. Algunos decían que él era débil de carácter y que no era buen orador. ¿Hizo esto que Pablo se viera a sí mismo como de ningún valor? ¡De ninguna manera! Pablo sabía que lo importante era amoldarse a las normas de Dios. Podía jactarse de lo que había logrado con la ayuda de Dios... sin importar lo que otros dijeran de él. Si tú también te recuerdas a ti mismo que tienes la aprobación de Dios, a menudo la aflicción se disipará. (2 Corintios 10:7, 10, 17, 18.)
¿Qué hay si te sientes deprimido por alguna debilidad o algún pecado cometido? Dios dijo a Israel: “Aunque los pecados de ustedes resulten ser como escarlata, se les hará blancos justamente como la nieve”. (Isaías 1:18.) Nunca olvides que nuestro Padre celestial es compasivo y paciente. (Salmo 103:8-14.) Pero ¿te esfuerzas tú por resolver la situación? Si te quieres deshacer de tus sentimientos de culpa tienes que poner de tu parte. Como dice el proverbio: “Al que las confiesa y las deja [sus transgresiones] se le mostrará misericordia”. (Proverbios 28:13.)
Otra manera de vencer el abatimiento es poniéndote metas que puedas alcanzar. No tienes que ser el estudiante más sobresaliente de la clase para sentir que has alcanzado éxito. (Eclesiastés 7:16-18.) Reconoce que las desilusiones son parte de la vida. Cuando te vengan, en vez de pensar: ‘Nadie se interesa en lo que me pasa, ni se interesará jamás’, piensa: ‘Ya se me pasará’. Además, no hay nada malo en desahogarse llorando.
El valor del logro
Daphne, quien ha vencido ataques de desánimo, aconseja: “La desesperación no se va por sí sola. Hay que pensar en otras cosas o envolverse en alguna actividad física. Hay que empezar a hacer algo”. Considera el caso de Linda, quien hacía todo lo posible por contrarrestar la tristeza; ella dijo: “Me distraigo con la costura. Empiezo a coser y sigo cosiendo hasta que olvido la perturbación. Mantenerme ocupada es una verdadera ayuda”. El ocuparte en cosas que sabes hacer bien puede alimentar tu amor propio, que por lo general está en su punto más bajo durante una depresión.
También es provechoso que participes en las actividades que más placer te causan. Ve de compras y consíguete algo especial, participa en juegos, prepara tu plato favorito, curiosea en una librería, ve a comer a un restaurante, lee o trata de resolver un crucigrama, como los que aparecen en la revista ¡Despertad!
Debbie descubrió que podía hacer frente a la depresión si planeaba viajes cortos o se ponía metas que podía alcanzar fácilmente. Sin embargo, una de las cosas que más le benefició fue ayudar a otras personas. “Conocí a una joven que estaba muy deprimida, y empecé a ayudarla mediante un estudio de la Biblia —dijo Debbie—. Lo que consideraba con ella semanalmente me permitió mostrarle cómo vencer su depresión. La Biblia le dio verdadera esperanza. Esto también me ayudó a mí.” Es precisamente como dijo Jesús: “Hay más felicidad en dar que en recibir”. (Hechos 20:35.)
Considera el asunto con alguien
“La solicitud ansiosa en el corazón de un hombre es lo que lo agobia, pero la buena palabra es lo que lo regocija.” (Proverbios 12:25.) La “buena palabra” de una persona comprensiva puede tener buen efecto. Ningún humano puede leer tu corazón, así que desahógate con alguien en quien confíes y que pueda ayudarte. De acuerdo con Proverbios 17:17 (Versión Popular) “un amigo es siempre afectuoso, y en tiempos de angustia es como un hermano”. Evan, de 22 años, dijo: “Guardar uno dentro de sí sus problemas es como llevar una carga pesada a solas, pero el compartirlos con otra persona puede aliviarle a uno la carga”.
Quizás digas: ‘Pero ya he tratado eso, y lo único que consigo es un sermón sobre ver el lado brillante de la vida’. Entonces, ¿dónde puedes hallar a alguien que no solo te escuche y sea comprensivo, sino que también pueda aconsejarte objetivamente? (Proverbios 27:5, 6.)
Dónde hay ayuda
Comienza por ‘dar tu corazón’ a tus padres. (Proverbios 23:26.) Ellos te conocen mejor que nadie, y por lo general te pueden ayudar si se lo permites. Si perciben que tu condición es grave, quizás hagan arreglos para que recibas ayuda profesional.
Los miembros de la congregación cristiana son otra fuente de ayuda. “En el transcurso de los años me había convencido de que nadie comprendía realmente cuán deprimida estaba —reveló Marie—. Pero entonces hablé con una de las hermanas de edad madura de la congregación. ¡Cuán comprensiva fue! Ella había pasado por experiencias como las mías. Me animó saber que otras personas habían experimentado lo mismo que yo y que todo les había salido bien.”
No, la depresión de Marie no desapareció instantáneamente. Pero con el tiempo pudo enfrentarse a sus emociones mientras profundizaba su relación con Dios. Entre los adoradores verdaderos de Jehová tú también puedes hallar amigos y “parientes” que se interesen genuinamente en tu bienestar. (Marcos 10:29, 30; Juan 13:34, 35.)
Poder que es más allá de lo normal
Sin embargo, lo que más te puede ayudar a disipar la aflicción es lo que el apóstol Pablo llamó “el poder que es más allá de lo normal”, que proviene de Dios. (2 Corintios 4:7.) Dios te puede ayudar a combatir la depresión si arrojas tu carga sobre él. (Salmo 55:22.) Mediante su espíritu santo, él te suministra poder que sobrepasa el poder normal.
La amistad con Dios es realmente reconfortante. Una joven llamada Georgia dijo: “Oro mucho cuando me siento triste. Sé que Jehová proveerá una salida sin importar lo grave que sea la situación”. Daphne concuerda con esto, y agrega: “Le puedes contar todo a Jehová. Solo tienes que expresarle la aflicción de tu corazón, con la confianza de que, aunque nadie más te comprenda, él te comprende y se interesa en ti”.
Por eso, si te aflige la depresión, órale a Dios, y trata de hablar con alguna persona sabia y comprensiva a quien puedas contar lo que sientes. En la congregación cristiana hallarás “ancianos” que son consejeros hábiles. (Santiago 5:14, 15.) Ellos siempre están dispuestos a ayudarte a mantener tu amistad con Dios, pues Dios comprende tus problemas y te invita a arrojar tus inquietudes sobre él ‘porque se interesa en ti’. (1 Pedro 5:6, 7.) Sí, la Biblia promete: “La paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús”. (Filipenses 4:7.)
[Nota a pie de página]
La mayoría de los expertos en el campo de la medicina recomiendan que las víctimas de depresión grave reciban ayuda profesional, debido a la posibilidad de suicidio. Por ejemplo, puede que se necesiten ciertas medicinas que solo pueda recetar un médico

LA TOLERANCIA, COMO ADQUIRLA


LA TOLERANCIA


LA HERMOSURA del valle de Cachemira hizo exclamar a un filósofo del siglo XVI: “Si existe un paraíso, está aquí”. No se imaginaba, obviamente, qué deparaba el futuro a aquel sector del mundo. En el último quinquenio han muerto más de veinte mil personas en las luchas entre los separatistas y el ejército indio. El diario alemán Süddeutsche Zeitung califica ahora a la región de “valle de lágrimas”. El valle de Cachemira aporta una lección sencilla y útil: la intolerancia puede destruir un paraíso en potencia.
¿Qué significa el término tolerancia? El diccionario Pequeño Larousse Ilustrado lo define así: “Indulgencia, respeto y consideración hacia las maneras de pensar, de actuar y de sentir de los demás, aunque éstas sean diferentes a las nuestras”. ¡Qué cualidad tan deseable! Sin duda, nos sentimos a gusto con la gente que respeta nuestras creencias y actitudes, aunque no coincidan con las suyas.
De la tolerancia al fanatismo
Lo contrario de esta virtud es la intolerancia, que alcanza diversos grados. Quizás empiece con la censura miope de la conducta o modo de actuar del prójimo. Tal cerrazón impide gozar a plenitud de la vida y asimilar nuevas ideas.
Por ejemplo, la persona remilgada puede incomodarse con el chispeante entusiasmo de un niño. Y el joven tal vez se aburra con la actitud reflexiva del mayor. Pida a alguien cauto que trabaje codo a codo con un aventurero, y es posible que ambos se irriten. ¿A qué obedece la incomodidad, el aburrimiento y la irritación? A que, en dichos casos, a cada uno le cuesta tolerar la actitud o la conducta del otro.
Donde hay intolerancia, la estrechez de miras puede degenerar en prejuicio, sea contra un grupo, raza o religión; o, aún más grave, en fanatismo, que quizás se manifieste en odios violentos que acarreen sufrimientos y muertes. Analice tan solo a qué llevó la intolerancia en las Cruzadas. Aún hoy es un factor decisivo en los conflictos de Bosnia, Ruanda y el Oriente Medio.
La tolerancia exige equilibrio, algo nada fácil, pues somos como el oscilante péndulo de un reloj. En materia de tolerancia, unas veces pecamos por defecto, y otras, por exceso.
De la tolerancia a la inmoralidad
¿Puede uno pasarse de tolerante? En 1993, el senador estadounidense Dan Coats habló de “una batalla por el sentido y la práctica de la tolerancia”. ¿A qué se refería? Él deploraba que, en nombre de la tolerancia, haya quienes “pierdan la fe en la verdad moral: en el bien y el mal, en lo correcto y lo incorrecto”. Tales personas opinan que la sociedad no tiene el derecho de juzgar si determinada conducta está bien o mal.
En 1990, lord Hailsham, político británico, escribió que “el enemigo más funesto de la moral no es el ateísmo, el agnosticismo, el materialismo, la codicia ni ninguna otra causa comúnmente aceptada. Su auténtico enemigo es el nihilismo: en el sentido más estricto del término, no creer en nada”. Obviamente, si no creemos en nada, carecemos de normas que definan la conducta apropiada, y todo es tolerable. Pero ¿está bien tolerar todo tipo de conducta?
El director de una escuela secundaria de Dinamarca opinaba que no. A principios de los años setenta se quejó en un artículo de periódico de que la prensa anunciara espectáculos pornográficos en los que copulaban personas y animales. Aquellos anuncios se autorizaron en aras de la “tolerancia” danesa.
Por consiguiente, es problemático pecar tanto por defecto de tolerancia como por exceso. ¿Por qué será tan difícil evitar los extremismos y mantener el debido equilibrio? Tenga la amabilidad de leer el siguiente artículo.
[Ilustración de la página 3]
Se puede hacer daño a los niños sacando las cosas de quicio cuando cometen errores