“La perdí”
Ibamos caminado las dos solas, me lo había prometido mucho tiempo atrás. Caminamos sin hablar al principio, pero luego le conté algunas cosas mías. Compramos mucho, tomamos helado, en un momento mamá se alejo para llamar a casa, para decir que estábamos bien. Yo miraba una vidriera. De pronto oí una sirena y una ambulancia pasar a toda prisa, el sonido me aturdió por un momento, en eso busque con la mirada a mi mamá, porque el ruido me asustó un poco. Miré en todas direcciones, pero no la vi, solo veía gente pasar a mi lado. Después de unos minutos, todo era silencio a mí alrededor, estaba sola y muy asustada. Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, de a poco comencé a llamarla casi sin voz, no podía emitir ningún sonido, y de repente solté un grito, grite y corrí llamándola. No entendía porque nadie se me acercaba, era como si nadie me viera, ni me escuchara, todos caminaban sin parar. No sabía donde estaba, caminé sin rumbo, mirando a cada mujer que pasaba a mi lado, tratando de ver en sus rostros la cara de mi mamá. La tristeza me inundó y no podía contener el llanto. ¿Por qué no te unís a la multitud? - me dije, tal vez esta entre ellos, en medio de esas personas, buscándote como vos a ella. Casi sin fuerzas, con una tristeza que me golpeaba el corazón, camine entre la gente, pero no reconocí a nadie. Mamá no estaba allí, el día se empezó a apagar y la calle estaba desierta. Estaba sola. En ese instante me sentí retirada de todo y de todos, lejos de mi familia, de mi casa, de mi vida, había perdido a mí mamá…
Ibamos caminado las dos solas, me lo había prometido mucho tiempo atrás. Caminamos sin hablar al principio, pero luego le conté algunas cosas mías. Compramos mucho, tomamos helado, en un momento mamá se alejo para llamar a casa, para decir que estábamos bien. Yo miraba una vidriera. De pronto oí una sirena y una ambulancia pasar a toda prisa, el sonido me aturdió por un momento, en eso busque con la mirada a mi mamá, porque el ruido me asustó un poco. Miré en todas direcciones, pero no la vi, solo veía gente pasar a mi lado. Después de unos minutos, todo era silencio a mí alrededor, estaba sola y muy asustada. Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, de a poco comencé a llamarla casi sin voz, no podía emitir ningún sonido, y de repente solté un grito, grite y corrí llamándola. No entendía porque nadie se me acercaba, era como si nadie me viera, ni me escuchara, todos caminaban sin parar. No sabía donde estaba, caminé sin rumbo, mirando a cada mujer que pasaba a mi lado, tratando de ver en sus rostros la cara de mi mamá. La tristeza me inundó y no podía contener el llanto. ¿Por qué no te unís a la multitud? - me dije, tal vez esta entre ellos, en medio de esas personas, buscándote como vos a ella. Casi sin fuerzas, con una tristeza que me golpeaba el corazón, camine entre la gente, pero no reconocí a nadie. Mamá no estaba allí, el día se empezó a apagar y la calle estaba desierta. Estaba sola. En ese instante me sentí retirada de todo y de todos, lejos de mi familia, de mi casa, de mi vida, había perdido a mí mamá…
1 comentario:
Si estuvo muy bueno como trabajamos el viernes pasado!! Me gusto mucho tu cuento, es atrapante!
Besos nos vemos a la noche..
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